El informe elaborado por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) a instancias del Gobierno Vasco  para un diagnóstico del fenómeno de la violencia relacionada con la deporte ha constatado que existe “tolerancia” hacia los insultos o amenazas en el deporte base y escolar. De hecho, alerta de que el “mayor problema” detectado es “la permisividad de la violencia de baja intensidad, ya que no es identificada como violencia”. (Marzo de 2019)

Por parte de la federación BIGE, a lo largo de todos estos años hemos recogido reflexiones y actitudes observadas entre las familias que van en la misma línea y que creemos necesario tratar de corregir. Algunas de estas cuestiones son:

• La agresividad y la violencia ofrecen a los niños y niñas una imagen negativa del deporte puede llevarles a abandonar esta practica
• El ambiente inadecuado que puede trasmitir valores negativos como la xenofobia, machismo, desigualdad y marginación
• La actitud controladora de algunos padres y madres convertidos en “managers”
• Necesario el refuerzo de comportamientos positivos de los niños y niñas, en vez de recriminarles sus
• Los gritos/insultos a entrenadores y árbitros suponen cuestionar su autoridad ante los jugadores y anima a los niños y niñas a imitar éste

Y así un largo etcétera de actitudes y comportamientos que para nada refuerzan la idea de fair play y del deporte como actividad física divertida y respetuosa que todas y todos queremos transmitir.